jueves, agosto 21, 2008

En tu inmensa pupila

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Me reconoces, noche,
me palpas, me recuentas,
no como avara sino como una falsa ciega,
o como alguien que no sabe jamás quién es la náufraga y quién la endechadora.
Me has escogido a tientas para estatua de tus alegorías,
sólo por la costumbre de sumergirme hasta donde se acaba el mundo
y perder la cabeza en cada nube y a cada paso el suelo debajo de los pies.
¿Y acaso no fui siempre tu hijastra preferida,
esa que se adelanta sin vacilaciones hacia la trampa urdida por tu mano,
la que muerde el veneno en la manzana o copia tu belleza del espejo traidor?
Olvidaron atarme al mástil de la casa cuando tú pasabas
para que no me fuera cada vez tras tu flauta encantada de ladrona de niños,
y fue a expensas del día que confundí en tu bolsa la blancura y la nieve, los lobos y las sombras.
Ahora es tarde para volver atrás y corregir las horas de acuerdo con el sol.
Ahora me has marcado con tu alfabeto negro.
Pertenezco a la tribu de los que se hospedan en radiantes tinieblas,
de los que ven mejor con los ojos cerrados y se acuestan del lado del abismo y alzan vuelo y no vuelven
cuando Tomás abre de par en par las puertas del evidente mediodía.
Tú fundas tu Tebaida en lo invisible. Tú no concedes pruebas. Tú aconteces, secreta, innumerable, sin formular,
como una contemplación vuelta hacia adentro,
donde cada señal es el temblor de un pájaro perdido en un recinto inmenso
y cada subida un salto en el vacío contra gradas y ausencias.
Tú me vigilas Tdesde todas partes,
descorriendo telones, horadando los muros, atisbando entre fardos de penumbra;
me encuentras y me miras con la mirada del cazador y del testigo,
mientras descubro en medio de tus altas malezas el esplendor de una ciudad perdida,
o busco en vano el rastro del porvenir en tus encrucijadas.
Tú vas quién sabe adónde siguiendo las variaciones de la tentación inalcanzable,
probándote los rostros extremos del horror, de la extrema belleza,
la imposible distancia de los otros, el tacto del infierno,
visiones que se agolpan hasta donde te alcanza la oscuridad que tengo,
hasta donde comienzas a rodar muerte abajo con carruajes, con piedras y con perros.
Pero yo no te pido lámparas exhumadas ni velos entreabiertos.
No te reclamo una lección de luz,
¿como no le reclamo al agua por la llama ni a la vigilia por el sueño.
¿O habría de confiar menos en ti que en las duras, recelosas estrellas?
¡Hemos visto tantos misterios insolubles con sus blancos reflejos, aun a pleno sol!
Basta con que me lleves de la mano como a través de un bosque,
noche alfombrada, noche sigilosa,
que aprenda yo lo que quieres decir, lo que susurra el viento,
y pueda al fin leer hasta el fondo de mi pequeña noche en tu pupila inmensa.
.
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Num. 1 de La noche a la deriva (1984)

4 comentarios:

Ana dijo...

Varias veces releí este poema, en vos alta, como me gusta en ocasiones.
En ésta la tierra de Olga (cuyo árbol más distintivo, el caldén, se ve en la foto que has elegido para encabezar el blog: caldenes y médanos) hay, entre otros, un poeta muy querido, del que poco se sabe fuera de la provincia, (aunque ya está obteniendo reconocimiento en otros lares), de quien la mayoría de la obra permance inédita, y cada libro es celebrado entre sus seguidores y quienes lo queremos y admiramos. Es Juan Carlos Bustriazo Ortiz. Y en estos días ha salido en el diario La Nación (que no leo, pero alguien me puso en aviso) un par de notas sobre él. Una incluye uno de sus poemas. Un poeta inclasificable, quizás intraducible.
Y, siempre si quieres, me encantaría que leyeras sobre él y lo conocieras un
poco. El primer artículo es más largo, el segundo incluye el poema.


Poesía
Hechicero de las palabras

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1040396


http://www.lanacion.com.ar:80/nota.asp?nota_id=1034614

Yo estuve leyendo a Orozco y algo más de Gimferrer. Su poema Cascabeles me llevó, investigando un poco, hasta algunos exponentes del decadentismo.

Un beso

Jorgewic dijo...

Pues la verdad es que no conocía al bueno de Carlos, aunque no es raro, porque la mayoría de su obra está todavía inédita..., y ya sabes lo que eso significa en el mundo actual. Poeta de minorías "minoritarias", el colmo. En España te garantizo que no encontrarás un solo libro suyo en ninguna parte...

Echaré un vistazo a los que se puede acceder a través de la red. Gracias por el aviso, chata.
Besos

Ana dijo...

No me da tiempo ahora a buscar, y a un sitio de una revista (Museo Salvaje, ¿te suena?) que dedicaba gran parte a la obra de Bustriazo, no puedo acceder, no sé si también le ha pasado algo.
Pero en este sitio hay poemas de Juan Carlos. (Cristian Aliaga, desde la Patagonia, es uno de los que se ha ocupado en promover a este poeta.):

http://www.revistafledermaus.com.ar/Numero_6/Nota_1.htm

(No se ve en "Vista Previa" si sale la dirección entera.)

Besos

Ana dijo...

Por si alguien clickea aquí, y por si tiene desgano de ir al link, dos poemas de Juan Carlos Bustriazo Ortiz:

Tan huesolita que te ibas
tan envidiada de qué sombras la tierra ardía huesolita
la siesta ardía melodiosa tan como ibas tu sonrisa era
una piedra arrobadora y era otra piedra mi costilla
dulcequeamarga solasola cuajada de alta pedrería eran
tus voces tan palomas eran tus manos piedras finas
guitarra tan azuladiosa eras la piedra que acaricia piedra
te ibas quién te roba última brisa de la brisa o
flauta mía o leja y rota tan huesolita que te ibas tan
de la gracia mucha y poca si cuando vuelvas ves mis
días oh piedra llena llaga
hermosa!

Este próximo es de "Unca Bermeja:

9

y otra vez fuiste una mariposa
de grandes alas escarlatas
oh y en las siestas estallantes
tus ojos eran rogativas
y yo cazaba en los cerrillos
animales de frentes tristes
para que soltaran los fogones
chillantes flores coloradas
chisporroteaban en las cavernas
los tremolantes corazones
otra vez fuiste un chamal blanco
sobre mi pecho con cicatrices
fuísteme un beso neblinoso
una centella desgranándote
oh y en la lengua de la tribu
hablabas tímida con el cielo
y ahora estás entretornada
y largo estoy ensusurrándote
piedras azules pasan volando
y en lo entreoscuro somos polen